Este fin de semana uno de mis mejores amigos ha dejado la
ciudad (algo bastante triste de no ser porque se va persiguiendo sus sueños),
un viejo amigo desde mis primeros años de instituto allá por el 2002 y que
desde que empecé poniendo pequeños carteles por la calle hasta los proyectos de
hoy, me ha estado ayudando. Una persona única, sin ningún tipo de complejo que
me ha enseñado que nunca, debemos perder el niño que llevamos dentro.
Gracias por todos esos momentos tan locos, surrealistas y
divertidos que me has hecho pasar. Mucha
suerte y hasta pronto!
No hay comentarios:
Publicar un comentario